jueves, 16 de octubre de 2008

Pérdida de fe



Cuando se pierde la fe en el Hombre se nota como un vacío se extiende por dentro, como la oscuridad de la noche que cubre el cielo diurno. Se siente como una bella flor se marchita, pero lo que la marchita no es el paso del tiempo, si no el paso de acontecimientos que van poniendo mustios los pétalos de esperanza que germinaban.

Esperanza de que el Hombre sería capaz de superar su torpeza, de superar sus complejos, de integrarse con el todo en vez de sucumbir al egoísmo y sentirse centro del universo (qué de miles de millones de centros del universo habría si no solamente en el planeta tierra)

Día tras día veo como mucha gente tiende a llenarse la barriga hasta vomitar aunque eso conlleve la muerte de unos cuantos. Día tras día veo una carnicería humana, donde unos depredadores caníbales devoran, mientras carcajean, la vida de los que quieren vivir en el respeto mutuo tan solo por conseguir más. Y lo peor, que mucho de esos depredadores tienen poder.

Poco a poco voy siendo consciente de que, mientras más me esfuerzo por intentar cambiar al menos la situación que me rodea, a la que tengo acceso, más llama a mi puerta el fantasma de la decepción. Y mientras un estado melancólico hacia eso que hubiera podido ser y que no es, hacia lo que había depositado mis esperanzas y mis fuerzas con afán de conseguir crecer en ciertos aspectos desde que era un moco, son lanzados por tierra por esas semillas contaminadas.

La desesperanza se hace muy presente, tan presente que me absorbe y no me deja escribir, como si tuviera un nudo en la garganta constantemente. Y yo, como otras veces, lo que quiero es GRITAR. Gritarle al mundo como si quisiera que despertara. Pero solo conseguiría desgañitarme… y quizás, soy yo quien debe despertar.

Llegado un punto, cuando una parte de mi realidad (la de mariposas y flores y piruletas y arco iris donde me gusta vivir) se desmorona a migajas, me pregunto, ¿y ahora qué?

Y me siento en la encrucijada intentado vislumbrar EL camino.

6 comentarios:

Nébula dijo...

Cambiar el mundo que te rodéa, no sé, pero que cada uno influye en él es innegable. ¿Fe? En uno mismo y en que se hace lo correcto. Los demás se dejarán o no influir, ellos verán.

Un beso

CP dijo...

Hombre, ya se echaban de menos tus "pajas mentales de una ciudadana del mundo". Leyendo esta última me he acordado de una canción bastante cáustica de Ismael Serrano: Habitantes de Alfa-Centauro encuentran la sonda Voyager...

Belén dijo...

Buf,no puedes cambiar a nadie, o es que alguien te hace cambiar a ti?

Besicos

AdR dijo...

Pues...
y ahora tú, que eres el camino :)

Besos

raf dijo...

no eres la unica que ha despertado... seremos pocos, pero estamos compartiendo el mismo mundo todos los que nos dimos cuenta de las realidades....

Anónimo dijo...

Que raro que nadie haya dicho aún lo de "el camino se hace al andar".

A veces perdemos el timepo intentando vislumbrar el camino y no nos preocupamos en ir haciéndolo con cada paso.

En fin (y con los pies en arenas movedizas te lo digo), espero que caigas en la cuenta de que las cosas no se consiguen, las cosas se intentan, luego si uno puede o no conseguir poseerlas, cambiarlas o aceptarlas ya es otro cantar.

A veces funciona (eso dicen)

Diez saludos y mil ánimos!!