jueves, 10 de abril de 2008

Evasión interior

Hay épocas en las que se busca un refugio.

Un refugio que poco a poco has ido adecuando en tu interior.

Un sitio sólo para ti, donde poder recogerte un tiempo, aislarte del mundo exterior.

En tiempos de incertidumbre me da por encerrarme un ratito en casa (hablando tanto metafóricamente como literalmente), intentando poner orden tanto a lo que ocurre en el exterior como en el interior.

Me gusta imaginarme en una playa de arena blanca, y agua y cielo azul. Sentir que los rayos de sol calientan mi piel y que una luz dorada lo envuelve todo. O cómo el agua me acaricia refrescándome.



Buscando la objetividad.

Eliminando los miedos que no llevan a nada.

Necesito evadirme.



A veces olvido cómo era cuando no me sentía (tan) sola.

A veces pienso si cuando llegue el momento, tendré el valor para volverme a dar.

¿Dónde coño deje mi poción antimiedos?

Pero, ¿Cómo no tener miedo? si tu presencia hace que me revuelva por dentro de manera casi visceral, si mis sentidos se alborotan cómo un mar embravecido en medio de la fuerza eléctrica de una tormenta. Promotor del movimiento.

Entonces cierro los ojos, voy a mi refugio y escucho lo que mi espíritu me canta con su suave voz casi imperceptible. Y sus versos me dan fuerzas como rayos de luz solar para quitarle importancia a esos miedos que me trae la Sombra.





Creo que voy a bajar a las cavernas de debajo de casa a ver si le pongo lacitos a mi monstruito lleno de tentáculos viscosos, que está un poco alterado… Ya sé, le ofreceré una galletitas de chocolate, quizás así me devuelva la poción…

A veces pienso demasiado, a veces soy demasiado humana… que alguien me ampute el cerebro…

7 comentarios:

Belén dijo...

Pues bien que haces... a veces para ver loq ue hay aquí, quédate por allá...

Besicos

Anónimo dijo...

Buenas, yo también soy partidario de hacer "viajes" a mi interior a ver si ahí encuentro algo que me ayude o por lo menos me calmo.

Pero de vez en cuando, me surge una dudilla... El tema es que, cuando estás en esos momentos de introspección, tiendes a dar forma a lo que te rodea de una forma determinada. Luego, cuando regresas de tu viaje, la realidad a veces no es igual a como la has pensado.

A mi esto me pasa a veces ¿alguna vez te lo has planteado?

Anónimo dijo...

¿Amputarte el cerebro? Si bueno, es una opción, yo me la plantee en su día, al final contraté un sistema de seguridad cerebral (tres neuronas con muy mala hostia) para que no dejarán pasar a miedos y obsesiones.

Oye, me va de maravilla :-P

(sigue tus impulsos)

PIER dijo...

Si necesitas encontrarte un poco y estar en calma.. busca la soledad por unas horas sientela y dejate llevar por el silencio.. seguro que tu mente y alma se alegraran por este respiro..

pero solo puedes estar poco tiempo en la penumbra...
no te quedes por mucho rato..
el sol y este mundo que es maravilloso te estan esperando con los brazos abiertos..

te dejo abrazos..

Luna Carmesi dijo...

El ungüento quitamiedos tiene de efectos secundarios soñar... soñar mucho... Pero no estoy diciendo que sean efectos malos...

Besos

Sonámbula dijo...

Pues sí, belén, ahí estoy...

Bueno, nozing... cuando estoy de introspeccion intento no formarme ideas sobre mi entorno y las personas que lo componen, por q sé, que no tengo la información suficiente, puede ser cualquier cosa.. cuando estoy de introspección, miro que es lo que realmente quiero (o soy) yo. Por eso no me ha pasado lo que a ti, creo...

Ummm creo que voy a contratar a unos seguratas de esos, pejooe :P

Ya, pier, a veces es complicado saber donde está el limite de reclución sana :P

Jejej, no son efectos malos, luna, pero, a veces despertar de esos efectos es lo malo...

AdR dijo...

Los refugios alimentan los miedos. Tápate un poco en ellos, en los refugios, pero cuando veas demasiada oscuridad... sal de ellos. A los lugares de luz de los que hablas.