miércoles, 2 de abril de 2008

Fugaz visita a mi casa onírica


Me encuentro en mi casa onírica, es grande y de paredes blancas, llena de recovecos y habitaciones. En la parte trasera, donde está la cocina, se encuentra una puerta posterior que da a unas escaleras cuidadas situadas en el exterior, que bajan, talladas y construidas en un barranquito, a una especie de cobertizo, o habitáculo, adyacente a la casa, donde está la biblioteca y estudio que también parece una especie de laboratorio: hay tubos de ensayo situados al fondo y parece que todo lo necesario para practicar la alquimia. En uno de los rincones hay una bola del mundo con aspecto antiguo, de esas que giran en torno a un pie para poder observar los países. Se respira un ambiente de magia y misticismo en toda la estancia.

Y de la parte posterior a este habitáculo, también desciende una escalera, que lleva a una especie de caverna, o cueva, situada debajo de la casa, escavada en la tierra. Al entrar en ella descendiendo por dichas escaleras, encontramos que salen dos bifurcaciones. Una lleva a un laberinto de intrincados pasajes, y el otro (cuyo acceso está cercado por una puerta enrejada de la cual poseo la llave) a un oscuro abismo cruzado por puentes naturales de roca que guarda en sus profundidades cierta criatura que se presenta ante mis recuerdos como una colosal masa de tentáculos, ciega y con muchas bocas de afilados colmillos, que yace dormida apaciblemente.

A veces, dicha puerta me produce una aprensión terrorífica. Otras, he abierto la puerta y me encuentro paseando por los puentes silenciosamente, sabiendo que mi monstruo particular duerme apaciblemente oculto en las sombras del casi infinito abismo y mi último deseo es molestarlo. Otras no temo en nada a ese monstruo y voy con lacitos rosas a ver si me deja ponérselo en algún tentáculo viscoso que asoma de las profundidades abismales de vez en cuando.

Es curioso como representa el subconsciente a aquella parte oscura del ser humano, aquellos miedos y complejos. Al menos de esta manera es divertido pasear por las sendas oníricas que teje, y visitar a tu Sombra es algo emocionante (sobre todo cuando voy a ponerle hermosos lacitos rosas y asoma sus tentáculos viscosos y babeantes, de momento, inofensivos…)

También puede ser una advertencia de que he jugado demasiado al rol de peque y que deje ya de releerme los relatos de Lovecraft sobre los Mitos de Cthulhu… quién sabe…

That is not dead
which can eternal lie
yet with strange aeons
even death may die.
by "The call of Cthulhu", H.P. Lovecraft.

6 comentarios:

Nébula dijo...

Quién tiene miedo de sus sombras en realidad evita conocerse a sí mismo. Hazte amiguito de Cthulín y además de ponerle lacitos, hazle unas torrijas y os pegáis una merendola...

Casi prefiero ese monstruo que al que me atormentaba de chico: una vieja calva (bueno, le quedaban jirones a los lados de la cabeza) con las orejas de punta, Nosferatu pero en abuela... con un vestido blanco semitransparente (horror).

Luna Carmesi dijo...

Y por supuesto...
No mezcles Lovecraft con sicotropicos... OK?

Llegaste a leer el relato de Charles Dexter Ward de H.P.L.???

Unknown dijo...

Querida Sonámbula: Si en verdad tu escribiste ese corto relato que acabo de leer, no cabe duda que eres una muy buena escritora muy retórica y a su vez algo dialéctica.

Cuando empezaste a describir aquel cobertizo convertido en biblioteca apto para practicar la alquimia, me pareció estar leyendo la novela de “Cien años de Soledad” de García Márquez, pues su descripción del cuarto de Alquimia de José Arcadio Buendía, que mas tarde se convertiría en el taller donde el coronel Aureliano Buendía hacia sus detallados pececitos de oro, es muy similar a la descripción que tu hiciste de aquel cobertizo, con propiedades semejantes a la habitación de Melquíades, personaje de la misma novela que líneas atrás nombre.

Por eso reitero si en verdad el relato que acabo de leer surgió meramente de tu imaginación no cabe duda que eres una muy grande escritora.

Rubén Escobar.

Sonámbula dijo...

Jo, yo también prefiero mi monstruo al tuyo, casi me da más miedo... Pero es lo que dices al fin y al cabo, hay que dejar de tener miedo a nuestra sombra :)

Joe, luna, ¿que si lo he leído? las crónicas oníricas de Lovecraft, lo mejor sin duda, los de la llave de plata... Además, las leí justo cuando había terminado con casi todos los otros relatos, por lo que fue como el apoteosis final :D

Y, bueno, ruben, sí que lo escribí yo, y sin pensar mucho, si soy sincera, sólo tal como salió.

Sonámbula dijo...

Ahora que lo pienso, Charles Dexter Ward, si mi memoria no me falla, es el protagonista de "la llave de plata" y también de otro relato, "el caso de Charles Dexter Ward" :P así que ahora estoy en la duda de a cual te referías, luna, pero cualquiera es muy bueno, después de todo.

Luna Carmesi dijo...

Recuerdo... una pagina... donde describia una noche y los perros se ponian aullar... Se me erizaron los pelos de la espalda!!!
:-P
Joer... La memoria ya falla... no se pueden tener tanta frikadas en la cabeza!!
:-P

(Y si consigues Dexter... Antes del capitulo 7 de cada temporada te pondra como una moto)