Esto es el plato de ducha... fijaos en los azulejos...
Despertar cuando no hacia ni 3 horas que me había acostado:
"Esto" es el resultado
Lo Mejor: Mis Niñas!!!!!
Con Marta en una de las miles de fuente por las que se luego se querría fotografiar
Las tres fantásticas
Esa Marina! fifiuuuu
Qué le gusta a Marta el batido de plátano!
La compañía granaína
En la tetería
Que wapos! ^_^
En el hypnosis, que fue como nuestro segundo hogar (o primero...)
Ese Sergio! :*
No veas si es bonita Granada...
Bueno y gracias especiales a: - Marta y Marina, compañía perfecta para tener en un viaje de este tipo y que cada día que salgo con ellas, me pregunto como he podido estar sin su compañía tanto tiempo, mi vida es mejor ahora!... al final va a ser que conoceros ha sido una de las mejores cosas de este año...
- Sergio, por ser ese cacho de guía turístico sin orientación ninguna... que nos hacía patear y patear dando vueltas hasta llegar a los sitios por descarte y que me ha demostrado que es un tío de esos en condiciones, de los que quedan pocos. Contigo y tus amigos me he sentido como en casa. Espero que nuestros caminos se vuelvan a unir prontito :) Ya sabes que en Sevilla tienes un hogar y otra guía turística sin orientación ninguna (osea yo) para que te haga recorrer las calles enrevesadas y laberínticas del casco histórico sevillano.
La expresión, por medio de la palabra, exclusiva del ser humano, nos permite comunicar incluso los aspecto más profundos del ser.
Belleza en sus trazos al ser escrita, bella sonoridad al ser hablada.
Palabras que llenan hojas trasportándonos a otros mundos... Describiendo situaciones o ideas, enriqueciendo a la persona que las lee.
¿Qué sería del ser humano sin ellas?
¿Que sería sin poder expresarse hacia los otros de esta manera? Simplemente no seríamos humanos.
Aprendiendo el don de la palabra, aprendiendo forma de expresión, leyendo y asimilando. El esfuerzo merece la pena, pues con las palabras se pueden pintar bellos parajes y hacer composiciones rítmicas, incluso musicales; dignas obras de arte. Se puede abrir corazón y mente, enseñando al mundo, los conocimientos y sentimientos más complejos.
E invariablemente, asocio "palabra" con "compartir", ya que, una buena conversación o un buen escrito, es compartir un trozo de nosotros mismos.
Noctámbula se encuentra sentada cerca de la orilla del mar. En el horizonte, allá donde el cielo se une con el mar, colores anaranjados dan paso al nuevo día que amanece, rompiendo la oscuridad de la noche.
Se puede ver la estrella vespertina, aquella que es la última en desaparecer y que indica el fin de la oscuridad.
Noctámbula hace apenas horas, vagabundeó por parajes extraños, carentes de luz, donde el ruido de animales reptantes y bichos nocturnos, sobrecogían el corazón. Donde la temible impresión de un ser sin nombre acechando a cada paso hacía que todos los vellos se le pusieran de punta al más leve soplo de aire. Temblando ante la visión de extrañas y aberrantes sombras incoherentes que sugerían horrores escondidos y delirantes seres venidos de algún lejano confín, quizás de la profundidades abisales del alma, donde el mar negro hierve en la infinita tormenta primordial.
Pero Noctámbula, tras tal agotadora y temible travesía, había llegado al mar, donde se respira tranquilidad y el espíritu se aquieta. Asimilando lo anteriormente vivido para que forme parte de uno, aprendendiendo de la experiencias. Lugar donde descansar y tomar fuerzas, recargándose de la energía del océano para poder continuar los caminos que le esperan, a veces angostos, otras temibles y, quizás, algunos livianos y felices.