jueves, 24 de diciembre de 2009

Rotondas y su P@#$ Madre

Antes que nada avisar que esto no es un relato ni nada parecido… esta es una experiencia real como la “vidabisma”


Es curioso que cuando peor están las condiciones en carretera (en este caso por el temporal "pa cagarse" que estamos sufriendo) más barbaridades hace la gente.


Ayer lo pasé realmente mal, hasta el punto de querer dejar el coche en mitad de la carretera de mi pueblo con las cuatro luces puestas y echarme un cigarro (o ponerme a llorar) para hacer tiempo hasta que escampara, que no se veía ná y la carretera parecía un río...


Pero no es de esta sensación sobre la que voy ha hablar hoy. Voy ha hablar sobre otra, sobre la que ha hecho que ponga como número 1 en la lista de reyes magos un bate de beisbol para el maletero (o los asientos traseros, que son de acceso más rápido) del coche: La ira al toparme con varios kamikaces de las rotondas.


Vamos a ver, llevo 4 mesecitos con el carné o así, es cierto que me falta experiencia (a mi favor decir que, aunque tengo un coche chiquito, una L y soy mujer, no me suelen pitar mucho) y tal, pero vamos, que recuerdo perfectamente de la autoescuela lo que dice el código de circulación al respecto, y la gente es la leche, por que el 99% las realiza mal... y lo peor, se creen que tienen razón...


Al grano: Iba yo por la glorieta del alamillo... es una cacho rotonda de unos 5 carriles... bien marcados y pintados. Están señalizados con flechas en el suelo, de tal manera que los dos exteriores son para seguir o salir a la derecha, y los demás son para continuar en la rotonda Y PUNTO.


Hete aquí que había má gente que el copón, histérica por la lluvia y el colapso... pos bien, voy yo que quiero salir en la tercera salida (corresponde a seguir de frente en la rotonda) e intento hacerlo bien y como de aconsejaron en la autoescuela para no entorpecer: me meto en el tercer carril para dejar a los de la derecha por si les da por salir y tal, que no este yo estorbando... pero resulta que al final como había mucho trafico, mi carril de la derecha tiene coches y no puedo cambiarme de carril antes de salir, por lo que me jodo y doy una vuelta más... esta vez me sitúo en el 2 carril en cuanto puedo (en éste puedes seguir adelante o salir a la derecha como indica la señalización horizontal) y empieza el caos...


Vamos a ver, vamos a ver... si Sr.X va por el tercer, cuarto o quinto carril y su salida es justo la siguiente... NO puede cruzarse (sin intermitente ni nada, of course) en ala al himno de porqueyolovalgo haciendo me toque pegar un cachofrenazosemesaleelpieporelcapó (con el suelo mojado encima)... que no coño, que no, que no tiene la prioridad, que me tiene que dejar seguir mi circulación normal por mi carril! ¿Tánto cuesta cambiarse a mi carril DESPUÉS de que pase yo? Pues dos veces, en las dos salidas anteriores a la mía... y la segunda ya la leche: frenazo al canto por el jop@#$ que se me cruza en perpendicular, pitido mío e injurias varias... comienzo la marcha otra vez y coge el que estaba en el carril de mi izquierda DETRÁS y me pita como un histérico! por que él también quería salir como el otro!!!! pero bueno!!! me queréis dejar que vaya por MI CARRIL... Ahí fue cuando apunté mentalmente mi regalo número 1 para reyes, que de buena gana lo hubiera usado contra las lunas del coche de ese jopP@#$. Y es que ya no es solo que se pasen la preferencia por el forro y que sean unos maleducados... es que en sus carrilles está indicado por flechas en el pavimento, a modo recordatorio, que tienen que continuar en la rotonda, que no pueden salir... pero se las trae al pario... los coches hasta del carril más interior (estamos hablando de 5 carriles) cuando llega su salida, salen y punto, le pese a quien le pese.


Y para terminar, por si a alguien le queda dudas, me remito a lo que dice la DGT, que podéis ver en su web, pero que yo, amablemente os resumo e incluso pego una imagen que me he encontrado por ahí que lo explica claramente con un solo golpe de vista.


Cómo se toman las rotondas…


1.- Tienen preferencia los que circulan por la rotonda ante los que pretenden acceder a ella, para los que existe señalización de obligación de ceder el paso.
2.- Una vez que se circula por la rotonda, hay que hacerlo en sentido contrario al de las agujas del reloj, dejando la parte central de la glorieta que no es calzada, a la izquierda.
3.- Podemos utilizar cualquier carril de la rotonda, dependiendo de la salida que debamos tomar, y por ello, hay que elegir bien el carril que mejor se adapte a nuestro destino. Para no entorpecer la circulación, si queremos hacer un giro a la derecha, o seguir de frente, utilizaremos el carril situado más a la derecha. Si el giro es a la izquierda, utilizaremos los interiores, que iremos abandonando paulatinamente a medida que nos acerquemos a la salida, para intentar, en la medida de lo posible, y con toda la seguridad posible, llegar al carril de la derecha para abandonar la rotonda (esto no lo dice la DGT pero me lo enseño mi querida profe y es de sentido común).
4.- En todo caso, hay que señalizar los cambios de carril dentro de la rotonda, conforme al artículo 109 del Reglamento General de Circulación, advirtiendo al resto de usuarios de nuestra maniobra; y por supuesto, y más importante aún, señalizar la salida que vamos a tomar, con suficiente antelación (para evitar esperas innecesarias a quienes pretenden acceder a la rotonda).





Otro tema es que nadie sabe indicar bien las maniobras en las rotondas... pero al menos mucha gente lo intenta. En resumen... solo se pone el intermitente para cambiar de carril dentro de la rotonda y para salir de esta. NO se pone para indicar que continuas en ella, que es lo que la gente suele hacer (incluso yo, cuando puede haber lugar a dudas, sabiendo que es lo que la gente entiende y me la pueden jugar... que para eso está el dicho de "si no puedes con ellos, únete a ellos")


Ahora, eso sí, voy ha hacer una plataforma de movilización cuyo lema sea: "NO AL GIRO EN ALA, MUERTE AL KAMIKACE".

jueves, 17 de diciembre de 2009

Vida


La vida es algo sorprendente. Aún estando totalmente inmerso en ella, se siente como un misterio.

El hecho de que de un par de células pueda surgir un ser, independiente, autónomo, dotado con el libre albedrío, que piensa, actua y siente... no es fácil de describir con palabras.

Ser la persona que porta vida a parte de la suya propia, ser madre, tiene que ser una experiencia única, espiritual... está más allá de cualquier otra minucia que el ser humano sea capaz de hacer:

Un cohete que te lleva a la luna, un libro que conmocione a la gente, una pieza de música inmortal, un pc de última generación... cualquiera de esas cosas no son comparables con el significado de tener a una nueva vida gestándose en el interior...

Desde aquí, tu antigua compañera de trabajo, actual vecina y, antes que nada, amiga, aprovecha para felicitarte y decirte que para lo que necesites... ahí estaré. Emma, antes de nacer, ya tiene muchos amigos. Para mi, como si fuera mi "sobrina", por que aún no la he visto, ya la quiero.

¡Felicidades darthia y puriruri!

miércoles, 21 de octubre de 2009

Todos los gatos van al cielo


Un trueno demasiado cercano tronó e, instantáneamente, al gato blanco se le arqueó el lomo totalmente erizado.

Fussssssssssssh!

El torrente de agua tormentosa resbala formando amplios riachuelos por la ventana. En esos momentos el mayor placer consiste en acurrucarte bajo el brasero, asomando tan solo la cabecita mientras el mullido sofá te envuelve de manera casi protectora.

“Nunca fui amiga de ruidos fuertes… se me abren mucho los ojos, se me arquea el lomo y…”

¡Fusssssssssh!

Zarpazos ficticios intentando recuperar la Tranquilidad y la Paz…

“Quizás en mi vida anterior fui monje budista… o monja de clausura. ¿Te imaginas? Haciendo bizcochitos y rosquillas aderezados con silencio y paz.”

¡Chash, Chash! reza el mechero mientras prende un cigarrillo… el humo asciende envolviendo la lámpara, burda imitación de la nube que encapota el cielo.

“¡Bah! No tiene sentido pensar quién fui si no sé realmente quién soy… pregunta que parece predestinada a prolongarse hasta el último día…”

Sube el gato en el regazo, se hace una rosquilla y ronronea y duerme… el susto de antes yace en el olvido. Solo importa el presente y el ahora.

“Ojala hubiera nacido gato…”

sábado, 15 de agosto de 2009

La pálida luz azul (II)

Despertó terriblemente fatigado. Otra noche turbulenta de sábanas revueltas y aquel sueño perturbador que no le dejaba descansar.

Se lavó la cara con agua fría y al mirarse al espejo vio su rostro demacrado de perforadas ojeras que enmarcaban unos ojos rojizos.

Lo peor... aquella pesadilla reiterativa estaba afectando su vida. Sus amigos lo miraban extrañados por su comportamiento fuera de lugar. Su novia sufría con sus accesos de mala leche y su bordería incipiente. Tenía que poner fin a todo esto.

Así fue como planeó acabar con ese ser maldito: en un arranque de decisión y aplomo trató de usar la violencia contra él, pero, sin saber cómo, terminó bailando un vals, agarrados, girando caleidoscópicamente, mientras se superponía música festiva y popular con una risa abisal proveniente de aquel ser... pero no de sus cuerdas vocales, si no del estómago como muestra de gran habilidad ventrílocua.

Giraban y giraban, una vuelta tras otra y el horror iba "in crescendo". Vuelta tras vuelta, cada vez más rápido, mientras los rasgos del ser se iban difuminando por la velocidad hasta que solo se percibía un borrón blanco...

... y después, La Nada, el tenue resplandor de una luz ausente de color que lo cubría todo.

Fue un instante de cuya intensidad surgió una vida entera. Luego, volvieron las imágenes.

El ¿sueño? estaba pintado con recuerdos de su niñez. Estaba en el campito verde de al lado de la casa de su abuelo, que vivía en un pequeño pueblo apartado. A su lado estaba Sara, tan bonita como siempre, con sus bucles de cabello rubio reposando sobre los hombros y los labios suavemente rosados, evocando una imagen de inocencia y juventud. No debía sobrepasar los ocho años. Estaba tejiendo una corona de vinagretas bajo un día azul de primavera. Él la miraba con ojos de niño que había descubierto el primer amor. A esa edad los sentimientos son puros y cristalinos como el agua del arroyo que circulaba cerca y cuyo rumor acompañaba en todo momento a la escena.

Por un instante le impresionó el color, todo era muy radiante y vivo, lleno de contrastes como el sentir durante aquella edad.

- De mayor seré princesa y llevaré una corona de las de verdad.- dijo Sara con cierto tono repipi mientras se ponía las flores tejidas sobre su cabeza.

- Cuando seamos mayores, Sara, yo seré príncipe y te construiré un castillo de altas almenas donde vivirás conmigo como princesa.

Sara rió traviesamente: "¡Tonto! Los príncipes ya no viven en castillos".

La imagen se apaga y es sustituida por otra: ahora Sara tiene 14 años y su figura comienza a tener formas de mujer. Tan radiante como el sol, iluminando la oscura noche, le dedica una sonrisa para proseguir diciendo:

- Sabes que mañana me voy, comienzo el instituto y mis padres piensan que es mejor que esté en un internado. Se supone que tiene mucho renombre y que me abrirá las puertas en el futuro.

- No te vayas, Sara, quédate aquí si es lo que quieres, nadie tiene derecho a manejar tu vida, ¿quién se creen para decidir por ti? - contesta en un acceso de pueril rebeldía.

- La vida no es tan simple, no siempre se puede hacer lo que uno quiere, a menudo se debe hacer lo que te dicen que hagas aunque no sea como pensabas. ¡No queda otra!

Fundido en negro.

Se encuentra en un andén un día casi otoñal, esperando al tren que le llevará a la ciudad donde comenzará los estudios de su carrera. Los colores han cambiado, ahora es todo más monótono y tirando a gris. Siente un halo de intranquilidad no muy perceptible pero que clama desde muy profundo, como un grito que se apaga debido a la distancia. Su madre le ha convencido de que lo mejor era estudiar derecho, que su tío Fran tiene un próspero bufete donde, con el tiempo, podrá llegar muy alto. Pero la verdad es que no está muy seguro de querer ser abogado... bueno, no está muy seguro de nada, salvo de la paz que siente cuando pasa horas contemplando la naturaleza, y dejar que su mano fluya, pincel arriba, pincel abajo, sobre el papel. "Pero eso no da de comer", sentencia la voz de su madre en su cabeza.

Despertó del sueño muy aturdido, algo liberado, pero muy aturdido. Se levantó de la cama y subió las persianas, había mucha luz y el bullicio de los coches por la gran avenida insinuaban que llegaría tarde al bufete. Ante la realidad, no podía deshacerse de la sensación que le embargaba... que su supuesta vida feliz no era más que papel maché.

domingo, 26 de julio de 2009

Incisos

Después de meses desaparecida en combate, vuelvo, o esa es mi intención si el tiempo deja de jugar en mi contra. Tan rápido y fugaz.

En estos meses me han surgido cambios que obligaban a un inciso en algunas facetas de mi vida. Mi faceta deportista, mi faceta bloguera, etc...

Me he vuelto a mudar, a una casa que estaba vacía y que he tenido que acondicionar, acondicionando a su vez una nueva etapa en mi vida, acompañada.

A parte, algo que parecía imposible, ha sucedido... me he sacado el carné de conducir. Tengo mi L... sudor que me ha conseguido y dos exámenes prácticos...

Volveré con la segunda parte del relato... que tengo escrito y guardado para la ocasión.

sábado, 17 de enero de 2009

La pálida luz azul (I)


Por las noches se despierta empapado de sudor. De ese sudor frío que hace que se peguen la sábanas al cuerpo. Es incómodo, despertar de este modo junto con el regusto amargo de las últimas imágenes del sueño que le hizo gritar y abrir los ojos.

Siempre igual. Su cuarto oscuro y con una niebla ligera. No consigue enfocar bien la vista pero se levanta de la cama y sale de su cuarto guiado por esa tenue luz mortecina que se cuela através del pasillo en dirección al salón. Anda hacia la luz pero el camino es demasiado largo, y lo que debiera ser una línea recta, se torna en espiral. Levemente se percibe una especie de zumbido. Cuando por fin gira la esquina que da al salón, ahí esta él... su silueta vestida con traje de chaqueta recorta la luz azulada y enfermiza, mientras el zumbido que antes apenas era audible penetra en el oído como una daga punzante directa al cerebro. La siguiente imagen es un primer plano de la cara del ser. No tiene ojos ni nariz, tan solo se intuye una especie de abertura antinatural donde supuestamente estaría la boca.

"Cuándo esperas sacarme a bailar?"

Y entonces es cuando la inquietante figura empieza a contornearse arrítmicamente, usando de forma irreal las articulaciones, doblándose hacia los lados y en círculos bajo una melodía de flautas absurda y lejana que debe llegar de esas profundidades abisales conocidas como el infierno.

Ahí no puede más y el horror le hace, gracias a dios, despertar de esa abominable pesadilla.

...

Fran lleva una vida tranquila, nada fuera de lo convencional, sin demasiadas complicaciones. Tiene un trabajo estable medianamente bien pagado y una novia que lo quiere mucho. Dentro de un año se casan, así lo han decidido. Diría incluso que su estado se puede catalogar como "felicidad"... pero cuando llega la noche tiene miedo de ir a la cama. Siente ese algo que da escalofríos ahí, en la nuca, mientras se va poniendo el pijama y acurrucándose en la cama.

"Eso me pasa por irme a vivir solo, cuando la noche cae es fácil sugestionarse."

Pero por mucho que trata de convencerse, estas palabras dichas a sí mismo no le ayudan demasiado, y noche tras noche se repiten esas imágenes, siempre las mismas, y noche tras noche se despierta empapado en sudor con el terrible presentimiento de que algo falla.