Se despertó por la mañana y se notó extraño, cómo que algo faltaba. Notaba un vacío difícil de explicar.
Entró en su cocina de último diseño (de esas que la vitrocerámica va por inducción y no quema, y los muebles están conjutados en tonos beige y wengue marrón) directo al brick de leche cuando encontró cierta
nota escrita apresuradamente sobre la mesa también wengue con mantelitos individuales estilo oriental.
“Ya no puedo aguantarlo más, lo he intentado por todos los medios, he estado siempre a tu lado, acompañándote, cuidando de ti ante tus ojos ciegos, pero no puedo continuar así. Para ti ni existo, ya ni me hablas ni miras, y hasta me faltas el respeto de manera asidua. Con tu desidia y abandono no tengo otra opción que coger mis maletas e irme.
Hasta nunca.fdo. Tu alma”Palideció ante aquella nota tajante, gotas de sudor frío surcaron su frente hasta llegar a la barbilla rasurada e hidratada cuidadosamente. El vacío que percibía estaba en su interior, y se hacía más y más grande.
Todavía conmocionado por la impresión, se dirigió hacia el cuarto de baño (el último grito en diseño y grifería, oiga usted) a lavarse la cara para ver si con el frescor del agua despertaba de esa horrible pesadilla. Pero, cual fue su sorpresa cuando, al levantar la cara mojada, a través del espejo se reflejaba su imagen cómo si fuera un
armazón vacío, cómo la muda de una serpiente o las máscaras de yeso que se hacen usando la cara de uno de molde.
E intentó enfocar a través de sus ojos, y sólo percibió negrura, estaba
hueco, puesto que su alma le había abandonado.
Se dejó deslizar en su sofá de piel ikea, aturdido por el surrealismo de aquello que le estaba ocurriendo, sin poder entender por qué le había abandonado de esa manera, qué había hecho él para merecer esto. Y a su mente vinieron imágenes donde un joven listo y espabilado apuntaba maderas de brillante empresario. Vio como aquel inteligente joven mataba su ética en pos de ambiciones verde dólar. Observó como, para él, las personas se transformaban en meros instrumentos para colmar sus deseos de grandeza, y, henchido de poder, no dudaba en hacer y deshacer a su antojo de niño mal criado.
El
ego se había hecho tan grande en esos años, que ya no había sitio para el alma, y por ello decidió abandonarlo y mudarse a un sitio más amplio, como, por ejemplo, el universo infinito.
Y ahora, una
cáscara vacía enchaquetada y de buen porte, pasea por las calles como un
zombie, despiadado y altivo, pero vacío y con un sentimiento de soledad inconmensurable que le acompañará hasta que el señor de la guadaña vuelva inanimada su carne...
ante sus ojos todos somos iguales."Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos."
Jorge Manrique - Coplas por la muerte de su padre