Diario de una Noctámbula
Noctámbula se levanta cierto día en busca de respuestas. Para ello, antes que nada, se dirige por el camino que lleva al lugar donde nacen los pensamientos. Piensa que, sentada a la orilla del mar del Discernimiento, quizás encuentre el origen de esas preguntas para las que busca solución.
“Así, al saber cual es el motor de éstas, me será posible encontrar respuestas”, se dice esperanzada.
Después de un largo paseo, llega al lugar, abandonándose un momento en la visión de ese mar del que fluye magia, viendo como los pensamientos surgen de él y flotan por el aire en todas las direcciones, pausado, traslúcidos, en busca de sus “dueños”… Luego se sienta en su orilla, donde comienza su meditación, para así hallar el origen de esas cuestiones escrito en los reflejos del agua.
Más animada ahora, regresa a casa. No solo ya tiene un indicio para encontrar esas respuestas, si no que, entre ola y ola, vio como salió, flotando desde el mar, un pensamiento traslúcido y brillante, que se fusionó con ella; y la embargó con su luz, propagando sensaciones de plenitud y calma.
jueves, 31 de julio de 2008
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1 comentario:
Ah... suerte que ese pensamiento en concreto se fusionó con Noctámbula. A medida que iba leyendo el relato me iba preguntando: "Pero ¿por qué no me ha dicho que se iba a sentar ahí? Le hubiera prestado mi lazo caza pensamientos".
Besos.
P.D: es la primera vez que me hacen ver los pensamientos.
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